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Una campaña extrema desde lo climático
¿Qué es lo mejor para nuestros suelos y para nuestro bolsillo? ¿Cultivos de cobertura o trigo?
Ricardo Hernán Carletti
Productor Agrícola - Socio Aapresid Regional Laboulaye
Publicado en Noviembre 2025
En la regional Laboulaye el cultivo de trigo es tema de constantes intercambios, y por qué no hasta discusiones… qué es lo mejor para nuestros suelos y también para nuestros bolsillos: ¿cultivo de cobertura o trigo? En menor medida, entra en juego la cebada, ya que por ubicación geográfica y heterogeneidad de los suelos nos encontramos en una zona límite para la obtención de rindes razonables. Todo lo anterior permite resumir que aproximadamente un 80 % de lo implantado es cultivo de cosecha y el 20 % restante es cultivo de cobertura.
La campaña comenzó con más dudas que certezas debido a que una amplia zona no había recibido agua suficiente para recargar los perfiles. Sabemos que el trigo solo se implanta con perfil completo; por ende tendremos posibilidad de éxito y parte de la campaña ganada solo en esa condición dado que las lluvias invernales son muy erráticas e imposibles de pronosticar.
Y fue justamente la bendita lluvia invernal la que justificó el título de esta nota. Se registraron, de manera bastante generalizada, más de 200 mm en el trimestre junio, julio y agosto algo que sucedió una sola vez en los más de 120 años que tenemos de registros meteorológicos en la estación de Laboulaye. Sí, como leen, hay que remontarse al año 1919 para encontrar un registro pluviométrico que supere esa marca. Esto disparó intercambios muy jugosos, divertidos y por qué no, discutidos entre los integrantes de nuestra regional, que no estamos acostumbrados a condiciones tan predisponentes para las enfermedades y tan favorables para nuestros cultivos de invierno.
Luego del invierno, la primavera cambió el panorama y esta nos trajo algunas sorpresas no tan gratas: primero, las precipitaciones llegaron con una alta disparidad, lo que derivó en zonas con excesos hídricos y cultivos anegados, mientras que a distancias no mayores a 50 km, se observaron cultivos con necesidad de agua y con síntomas evidentes de sequía.
Además la segunda sorpresa, que también justifica el título de la nota, la provocaron la alta temperatura y la baja humedad relativa de algunos días de la primera quincena de octubre. ¿Cuál fue la consecuencia? Una caída de entre 20 % y 30 % en los rindes según estimaciones realizadas con NDVI entre las fechas del 5 de octubre y el 15 de octubre. Sí, como leen, a veces es mejor no disponer de cierta tecnología para evitar hacerse “mala sangre”.
Al momento de escribir esta nota, a finales de octubre, nos encontramos con más dudas que certezas en cuanto a la finalización de la campaña 25/26. De todos modos, algo es muy seguro, y como solemos decir en el campo: una campaña nunca es igual a la otra.
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